París era una fiesta

Cada libro tiene una historia, no necesariamente dentro del mismo, si no en el cómo llegan a nuestras vidas.  Me gusta platicarles como cada texto que leo, llega a mí; por lo general tengo una conexión visual, algo así como “un amor a primera vista”, sin embargo, en esta ocasión “París era una fiesta” llegó de una manera inesperada.

Su historia nació platicando con uno de mis compañeros de trabajo; – quizás te guste París era una fiesta, es muy ad hoc a tus intereses- me dijo, probablemente por mi euforia por Flâunese, libro que no dude en comentar una y otra vez, en el cual Hemingway aparecía en parte de la historia.

Publicado en 1964, es considerada la obra más personal y reveladora de la vida de Ernest Hemingway, en el narra todos esos detalles que podrías desconocer de su vida como periodista y escritor durante la época en la que sus días transcurrían en París. De forma inmediata el libro te traslada a la película “Media noche en París” de Woody Allen la cual está inspirada en la recopilación de las historias de Hemingway.

Ernest relata la necesidad de visitar las cafeterías parisinas para poder escribir, siempre, acompañado de una taza de café. Indiscutiblemente siempre encuentro similitudes con mis libros, probablemente por eso tengo una enorme conexión con ellos, al igual que él, en las cafeterías es donde encuentro la inspiración. Durante ese mismo capítulo Flâunese llegó a mi memoria nuevamente, esto a través de esta frase tan bella y certera – Te he visto, belleza, y ahora me perteneces, sea quien sea al que esperas y aunque no vuelva a verte, pensé. Tú me perteneces y todo París me pertenece y yo pertenezco a este cuaderno y lápiz-

Este libro fue un hermoso viaje por París y sus contemporáneos donde a través de sus palabras nos describe su amistad con Scott Fitzgerald, Ezra Pound, Gertrude Stein y Larry Gains.

Mi capítulo favorito es en el que relata el día que conoció a Fitzgerald, honestamente me emocioné por un momento, sentí que estaba con ellos viviendo cada experiencia mencionada; una de las partes más divertidas del libro es lo que vivieron en Lyon, donde nos cuenta sobre lo hipocondríaco que es Scott y todas las cosas graciosas que decía, además de ser simpático, me pareció una persona verdaderamente ¡rara!

En menos de un mes, me devoré el libro, es un texto fácil y te enganchas de manera inmediata. “París era una fiesta” es el primer libro que leo en 2020 y puedo afirmar que fue una excelente elección para iniciar el año.

Las canciones que recomiendo para leer este libro y sentirse en París son:

  1. Je suis Seul Ce Soir – Swing 41
  2. All of me – Billy Holliday
  3. Cecile – Donald Byrd
  4. Sympatique – Pink Martini

París era una fiesta lo puedes encontrar en:

  • Gandhi
  • Amazon
  • El Péndulo

Comentarios

Una respuesta a “París era una fiesta”

  1. […] sobre las cartas de Virgina Wolf, la Reina Elizabeth, cartas de Elvis Presley a Nixon, Magritte, Ernest Hemingway, Scott Fitzergald entre otros; así como datos importantes sobre la Historia de la Correspondencia. […]

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